Embarazo a los 40: lo que nadie cuenta

Estudiar una carrera, encontrar un trabajo, independizarse, avanzar profesionalmente… Son muchos los motivos para que hoy en día la maternidad se vaya posponiendo hasta encontrar una estabilidad o estar segura de que eso es lo que se desea. El problema es que los años no pasan en balde y para cuando se plantean ser madres muchas mujeres se dan cuenta de que han llegado a una edad en la que eso no es tan sencillo.

Lo ideal es que una mujer sea madre entre los 22 y los 30 años, por encima y por debajo de esas edades los riesgos que se corren van en aumento.

A partir de los 35 años se produce un aumento progresivo del riesgo de alteraciones en el número de cromosomas del embrión, lo que provoca mayor número de bebés con síndrome de Down u otro tipo de alteraciones.


Cuántos más años esperemos más nos costará quedarnos embarazadas


También es más costoso quedar embarazada, los ovarios se hacen mayores y el proceso de maduración de los óvulos no funciona igual pudiendo producirse ciclos sin ovulación. Además la cantidad de óvulos también va disminuyendo con la edad, la mujer nace con una cantidad de óvulos limitada y según van pasando los ciclos menstruales se van perdiendo, de los aproximadamente 2 millones de óvulos iniciales, al sobrepasar los 35 quedan solo 35.000. Todo ello reduce las posibilidades de embarazo a un 10% en cada ciclo.

Afortunadamente la emancipación de la mujer ha ido en paralelo con los avances científicos y las mejoras en la calidad de vida, de forma que hoy es posible quedarse en estado con más de 35 años sin que existan los riesgos de hace unas décadas. En la actualidad ya no se considera que una embarazada mayor de 35 años sea de riesgo, aunque hay que tener muy en cuenta sus condiciones físicas, la fertilidad y factores de tipo psicológico.


Pruebas específicas en embarazos de más de 35 años


Pero cuando se llega a los 40 hay que valorar muy bien los riesgos existentes y las condiciones de la mujer, tanto físicas como psicológicas. El continuo seguimiento médico al que están sometidas asegura que se produzcan los menores riesgos posibles, también los cuidados de una embarazada de 40 años deben ser mayores. Existen técnicas diagnósticas muy útiles que ayudarán a descartar enfermedades como el síndrome de Down, la espina bífida y enfermedades metabólicas. Es obligación de los médicos informar a las mayores de 35 de la posibilidad de realizar un diagnóstico prenatal.

Estas pruebas, aunque recomendables, no son sencillas. Tanto la amniocentesis como la biopsia corial presentan un riesgo para el feto que ronda el 1%, por eso la mujer debe estar muy segura y consultar todas las dudas al ginecólogo.

Pese a estas dificultades y en ocasiones con ayuda de técnicas de fertilidad, es muy probable quedarse en estado con 40 años y no todo son desventajas. Con esta edad la mujer ha alcanzado una madurez y una estabilidad en la vida que le permiten estar más segura de si misma y de lo que quiere. Es consciente de la responsabilidad que implica traer un hijo al mundo y por tanto estará preparada para ello sin que resulte un sacrificio.